
La bruma, es su alarde agitado dice cuanto hay
no hay nada cuando nada se espera
aunque esperar sea siempre tanto.
Quédate conmigo cuando vengas,
porque yo no me iré a ningún lado.
Desviste tu corazón y déjalo caer hasta mis manos.
Hace tanto que no siento el aliento de un beso
que al tomar del aire que recorre cerca de tus labios
pareciera desenmascarar el mejor aroma del mundo.
Cada pieza de tus ojos viene hasta mi
dejando que la palidez del otoño parezca linda
solo linda...
Porque para hermosa solo estás tú.
Solo en el principio del corazón está quien eres
y se por ello, sin esperar nada de ti
Que tendré mucho más de lo que quiero.
No alcanza una vida entonces para recorrer tu corazón
y sentir que por alguna razón, he terminado de hacerlo.
Rodrigo Julián Fernández
Un aporte de 'Poetas siglo XXI'