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martes, 7 de diciembre de 2010

Al amor ausente


De nada vale hablar de amor
si ya he perdido
la serena placidez de la esperanza,
todo rastro de pasión
ha sido herido,
todo el cuenco del perdón
se ha partido.

Si nada queda de mí
no hay estrategias,
ni alegrías de idilios,
ni primaveras,
ni una mirada sostenida
ni atrevida,
porque no logro alimentar
mis utopías.

A quien le voy a decir
que irremplazable,
fuiste en mi vida
a pesar de las ofensas.
Solo regresas a mi
en los recuerdos
que me sacuden
de la noche a la mañana,
mezclando amor con desatino,
urdiendo tramas oscuras
con la muerte,
que decidió tomarte
bruscamente.

Parezco entonces
un halcón herido,
que buscando libertad,
perdió sus alas...

Si ya no puedo volar,
si no hay sonrisas,
si la condena es eterna,
nada te debo,
porque las culpas son
heridas sin remedio,
y solo el vacío, responde mis reclamos.


María Evelia Pérez Nicotra
Del libro: ‘Alguna vez, la vida’

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